miércoles, noviembre 14, 2007

Brasil se perfila como potencia energética global

La dependencia energética es un peligro para cualquier país, máxime para naciones en desarrollo que tienen una mayor demanda energética. La futura potencia es Brasil que apuesta por los combustibles ecológicos.


Un encuentro de especialistas deliberó en la Universidad de Colonia sobre los riesgos y oportunidades que representan las energías renovables para América Latina. El peligro que supone el cambio climático, así como la preocupación global en torno a la seguridad energética, hacen buscar febrilmente alternativas a los combustibles fósiles. En este contexto Brasil destaca como país pionero en la conformación de un nuevo modelo energético. La nación del Cono Sur no sólo cubre un 40% de su demanda energética con una mezcla de bio-combustibles y etanol a base de caña de azúcar, sino que asume un papel ejemplar al regalar la tecnología a otros países latinoamericanos para que desarrollen sus propios bio-combustibles y reduzcan el riesgo de la dependencia energética.


Brasil vs. Venezuela


La investigadora alemana Christina Stolte, del Instituto alemán para Estudios Globales y Regionales (GIGA), con sede en Hamburgo, sostiene que en América Latina, Brasil y Venezuela se disputan una hegemonía regional basada en los energéticos.



“Chávez ha reconocido la poderosa estrategia detrás del discurso a favor de los bio-combustibles y el etanol de Lula y se ha posicionado como un férreo crítico de estas fuentes de energía. Pero a largo plazo Brasil tendrá más éxito con su estrategia basada en el etanol frente a Venezuela, cuya riqueza petrolera le permite venderlo barato a otros países y de paso fomentar en ellos una dependencia hacia Venezuela”, afirma Stolte.

La investigadora añade que los países latinoamericanos que han mostrado el mayor ritmo de crecimiento tendrán una gran demanda energética en los próximos años. “Incluso el petróleo barato de Chávez, tiene un costo, así que el cultivo de maíz o caña de azúcar para su uso como fuente de energías renovables, el modelo brasileño, es más redituable que el modelo venezolano”, afirma.



Nuevos Yacimientos


La semana pasada el gobierno de Lula y la estatal Petrobras anunciaron el descubrimiento de un nuevo yacimiento de crudo de una capacidad de entre 5.000 y 8.000 millones de barriles. Se encuentra en las profundidades de la llamada Cuenca de Santos, en el litoral sureste del país. Según las autoridades, es una fracción de un yacimiento gigantesco que colocará a Brasil entre los 10 mayores productores y exportadores del mundo.

El mayor campo petrolero descubierto en la historia del país motivó ya la promulgación de una nueva Ley de Hidrocarburos para que el gobierno asegure su control sobre esta riqueza. Pero el gobierno de Lula sigue firme en su estrategia basada en la producción de biocombustibles y etanol como fuente de energía alternativa, ambientalmente sana y socialmente sustentable.

Cuotas en países industrializados

“Estados Unidos quiere cubrir, en los próximos diez años, un 15% de su demanda de combustibles a través de fuentes ecológicas, la Unión Europea impuso una cuota del 10% hasta el año 2020. Estas cuotas hay que cubrirlas y en los países industrializados europeos hay poca superficie cultivable por lo que no pueden cubrir sus necesidades de combustible con su propia producción. Por ello los europeos tienen un enorme interés en producir en el extranjero etanol y diesel ecológico para poder cubrir su propia demanda. No se quiere continuar la dependencia respecto a los combustibles fósiles. Algunos productores como Rusia y Venezuela utilizan estos recursos como medio de presión política, además, se sabe que estos recursos se agotarán algún día”, sostiene.

En el encuentro económico de Davos, Lula propuso a países industrializados que financien la producción de biocombustibles en países en desarrollo haciéndoles ver que el beneficio es doble: ayudarán efectivamente a combatir la pobreza y a que dichas naciones contribuyan por su parte a la reducción de gases de efecto invernadero. Esta postura coloca a Brasil como interlocutor estratégico ante países industrializados y en desarrollo.

La investigadora afirma que la política energética brasileña ha ayudado a posicionar al país en el contexto internacional. A nivel regional ha impedido una hegemonía de Venezuela y le ha permitido aumentar su área de influencia más allá de sus países vecinos.


Eva Usi

Laboratorio de pruebas solares más importante del mundo en Alemania

Caen granizo y lloviznas y prevalecen temperaturas de hasta 85 grados Celsius, mientras las células solares son puestas a prueba en las instalaciones más grandes y modernas del mundo en la ciudad alemana de Colonia.

Las celdas solares son un gran negocio en todo el mundo, pero particularmente en Alemania y Japón. Y allí es donde van los fabricantes más importantes a nivel mundial para obtener la certificación de sus productos, que son probados en condiciones extremas.

"Lo que nosotros implementamos en materia de seguridad suele ser adoptado por otros países", afirma Wilhelm Vaassen, director del Laboratorio de Evaluación de FotoVoltaicos de la Asociación alemana de Monitoreo Técnico (TÜV).

Sólo hay unos pocos laboratorios en el mundo que evalúan módulos solares. Fuera de Alemania, estos se encuentran en Japón, Estados Unidos, Italia y España.

"Cuando de células solares se trata, Alemania es, de lejos, el mercado más grande del mundo", comenta Sebastian Fasbender, de la asociación industrial en Berlín. En segundo lugar está Japón. La demanda crece fuertemente en ambos países.

Alrededor de un 70 por ciento de todos los productores hacen evaluar la durabilidad y la eficiencia de sus módulos en la ciudad de Colonia. El laboratorio emite alrededor de 300 certificaciones por año, informa Vaassen. Los módulos son sometidos a condiciones extremas de calor, de granizo y a bajas temperaturas. La prueba se realiza durante seis meses. "Aproximadamente un 30 por ciento no pasa nuestras pruebas en el laboratorio", indica Vaassen.

El grupo TÜV se está expandiendo hacia Asia para mantener su posición. "Vamos adonde están los productores", dice. El grupo ya cuenta con instalaciones en Yokohama (Japón) y planea abrir otras en Shanghai, India y Taiwan el próximo año.

El sector está experimentando un auge de las condiciones: aumentan la electricidad solar y los sistemas de calentamiento solar. En Alemania se espera que la demanda aumente de 4.800 millones de euros (más de 6.900 millones de dólares) por año a aproximadamente 8.000 millones de euros (11.500 millones de dólares) en 2020.

Fuente: AA, Abt.6, Ref. 612 con material de dpa del 9.11.07

Tabasco: la destrucción del paraíso

Seguramente por creerle a su secretario del medio ambiente que la inundación en Tabasco fue por el cambio climático y las fases lunares, el licenciado Calderón redujo a esas causas el origen de la tragedia que afecta a más de un millón de personas. Su posición la fijó con tal autoritarismo que entre sus íntimos no hay uno que se atreva a sacarlo de su equivocación. Pero a medida que baja el nivel del agua y las familias extrañan lo que perdieron, aparecen con mayor nitidez los orígenes de la tragedia.
Porque el agua inundó la mayor parte de Tabasco debido a los errores cometidos por ésta y las administraciones anteriores. Desde hace 30 años los funcionarios sabían de los problemas que se presentarían de llevar adelante un proyecto modernizador ideado por la banca internacional con el señuelo de crear empleos, obtener cosechas abundantes de productos agropecuarios con alta demanda comercial. Y de remate, con la explotación de una riqueza petrolera de tal magnitud que debíamos aprender a administrar la abundancia. Pero el faraónico proyecto estaba reñido con la naturaleza, con las condiciones ecológicas y sociales que hicieron del sureste un edén. Así lo documentó el maestro Alejandro Toledo en varios trabajos y de manera notable en su libro Cómo destruir el paraíso.
Ahora nadie parece recordar que el poder del Estado se puso al servicio de los que quisieron implantar la modernidad a cualquier costo y para lograrlo ignoraron las advertencias de los especialistas sobre la necesidad de obtener el desarrollo sin depredar. Se impuso la lógica de las grandes obras que alteraron el medio radicalmente, dejando fortunas privadas y la pobreza de la mayoría. Presas para generar electricidad y detener las inundaciones que son y serán parte de la vida en el sureste; carreteras, puertos, planes agropecuarios (La Chontalpa y Balancán-Tenosique), expansión anárquica de las áreas urbanas, centros comerciales, colonias de marginados en sitios inundables. La tecnocracia que aprueba la obra pública desde las oficinas en México creyó imponerle al agua sus reglas, controlarla cambiando radicalmente el uso del suelo. No lo logró. Ni lo logrará si repite los errores del pasado. En los archivos oficiales reposan los estudios sobre la urgencia de variar de modelo para evitar tragedias.
Como la ocurrida en septiembre de 1999, que afectó a casi 400 mil habitantes. El proyecto modernizador mostró entonces su fragilidad frente al ímpetu de las corrientes que buscaron sus viejos cauces. El doctor Zedillo y su gabinete prometieron programas y recursos para realizar la obra pública protectora. No cumplieron. Tampoco su sucesor, más interesado en privatizar el sistema energético nacional y favorecer a sus amigos y patrocinadores, que en establecer una auténtica política de prevención de la que hace parte el ordenamiento del territorio y el uso correcto de los recursos naturales.
Olvidaron, por ejemplo, tomar medidas para reforestar las partes altas de las cuencas hidrográficas, pues la tala ocasiona la erosión de las tierras desprotegidas de su manto verde. Por eso las lluvias deslavan el suelo y la tierra termina en los cauces de los ríos y los vasos de las presas, que pierden así parte muy importante de su capacidad de captar y desfogar las aguas de las lluvias. Cuando éstas llegan se desbordan, incontenibles, rumbo a la costa, también azolvada por la tierra proveniente de las partes altas, no por los ciclos lunares.
Nada bueno augura la estrategia para evitar nuevas tragedias, cuando el principal servidor público recibe las mentiras de sus colaboradores y dedica su tiempo a creerlas, sobre todo si lo hacen para tapar negligencias ajenas y propias, así como para proteger los intereses de constructoras y compañías energéticas privadas.
El gobierno federal, sus voceros y el PAN piden que no se busquen culpables, pues ya los encontraron: el cambio climático y la Luna. Exigen no lucrar políticamente con lo ocurrido, derecho exclusivo del licenciado Calderón Hinojosa, quien distrae recursos públicos en promoverse. Recursos que deberían destinarse a paliar las necesidades de los damnificados. Así las cosas, a los ciudadanos les toca callar y obedecer… hasta la próxima tragedia.

Iván Restrepo