Mostrando las entradas con la etiqueta Medio ambiente. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Medio ambiente. Mostrar todas las entradas

domingo, abril 08, 2012

Ahorrar agua en la ducha

Ayer instalé la nueva regadera y por supuesto, es ecológica. El empaque es reciclable y se llevó otro punto pues es hecha en México. Sin embargo lo que se llevó los aplausos fue la válvula reguladora del chorro. Según me dijo el vendedor, era para regular el diámetro del chorro.
Esta válvula no hace más que abrir el paso a todo lo que da o cerrarlo. Ahí fue dónde le encontré una mejor función...

En ciudades como en la que vivo, el clima es normalmente frío, y todos sabemos que es una molestia abrirle a la regadera por primera vez, ya que nos traerá agua fría... que debemos esperar un poco para que el chorro salga caliente y después, ajustarlo con la fría para no quemarnos... el problema viene cuando toca enjabonarse o lavarse el cabello, pues hay que cerrar la llave de la regadera y entonces cuando estemos listos para enjuagarnos tocará recibir otra vez un poco de agua fría, ¡que odioso!
He visto quien para no sufrir de ese odioso chorro de agua fría jamás cierra la llave de la regadera, lo que conlleva a desperdiciar agua y gas o electricidad -según el tipo de calentador.

La ducha de anoche fue de genial gracias a que esa válvula reguladora del chorro me permitió también cerrar el paso del agua y así finalmente no tuve que cerrar las llaves de la regadera mientras me enjabonaba. Al final, además de seguir ahorrando agua, también disfruté de un gran baño en el que la temperatura del agua permaneció como la ajusté, de principio a fin.

Por cierto, el precio de la regadera fue de uno $349 pesos. Pareciera no tan económica pero recuerden que lo sustentable siempre parece ser más costoso y es al final cuando vemos el ahorro en dinero y materia prima...

sábado, febrero 06, 2010

10 consejos prácticos para la vida cotidiana

Buenas noticias para la protección del clima: en la Unión Europea se han reducido por tercer año consecutivo las emisiones de gases de efecto invernadero, por última vez de 2006 a 2007 en un 1,2 por ciento o en alrededor de 60 millones de toneladas de CO2. Alemania, por ejemplo, ha reducido sus gases nocivos para el clima en casi un 24 por ciento entre 1990 y 2007. Ahorrar CO2 no es nada difícil, como lo demuestran algunos ejemplos. ¿Sabía usted …

... que una dieta baja en proteínas animales protege el clima ya que un kilo menos de carne vacuna por semana supone un ahorro al año de 500 euros o 700 kilogramos de CO2?

... que cada grado de temperatura ambiental menos reduce el CO2 en alrededor del 6 por ciento al año y un grado menos de temperatura de calefacción doméstica, unos 300 kilogramos de CO2?

... que las bombillas fluorescentes compactas consumen alrededor de un 80 por ciento menos de energía que las bombillas tradicionales. Quien cambia todas las bombillas de su casa por lámparas de bajo consumo energético, ahorr al año 330 kilogramos de CO2?

... que desconectar el aire acondicionado cuatro horas al día significa durante un año 300 kilogramos menos de CO2?

... que la compra de un frigorífico de bajo consumo energético (A++) ahorra al año 100 kilogramos de CO2?

... que la compra de productos alimenticios regionales ahorra al año 300 kilogramos de CO2?

... que una forma defensiva de conducir, con cambio anticipado de marcha, ahorra 330 kilogramos de CO2?

... que una familia de cuatro personas ahorra anualmente 90 euros y 300 kilos de CO2 renunciando a un secador de ropa?

... que un buen aislamiento de calor de paredes externas, áticos y techos de sótanos puede reducir los costes de calefacción en hasta un 50 por ciento?

... que el televisor y el equipo de música ahorran al clima 100 kilogramos de CO2 al año, si no se los deja en modo “standby” sino apagados?


14.09.09


© Deutschland magazine

jueves, agosto 20, 2009

Apagado "automático" del ordenador


En muchas ocasiones necesitamos dejar el ordenar encendido por algunos minutos más... El problema viene cuando ya queremos dormir; vamos de salida o simplemente tenemos otra actividad fuera del ordenador y no sabemos como apagarlo, o que se apague automáticamente, después de algunos minutos.
Pues la idea principal de este post es que terminemos sabiendo como hacer que la computadora se apague "sola" al término de un determinado tiempo; evitando pues, el dejarla encendida más tiempo de lo deseado y tener un consumo innecesario de energía, o bien, un desperdicio de energía.

El método es simple, y comenzaré explicándolo para Window$, no por que éste sea más importante, sino porque pretendo ir a dormir en cuanto termine de escribir, y no deseo tener pesadillas por haber escrito cosas que tienen que ver con el lado del mal antes de ir a la cama. Así pues, terminaré escribiendo sobre linux, lo que me dejará la conciencia "limpia" para poder dormir en paz.

Apagar "automáticamente" en Window$

Simplemente haremos uso de la función shutdown.exe y para mayor facilidad y rapidez recomiendo que tengamos a la mano dicha función, creando un acceso directo en el escritorio.
Lo que debemos hacer es:

1.- Click secundario en el escritorio
2.- Seleccionar "Nuevo"
3.- Seleccionar "acceso directo"
Esto les abrirá una nueva ventana y dentro del recuadro donde debemos escribir la ubicación del elemento pondremos:
4.- shutdown.exe -s -t X
Donde X es el tiempo en segundos que deseamos pase antes de que se apague la computadora. De tal forma que si ponemos X= 7200 , shutdown.exe -s -t 7200, la computadora demorará 2 horas para apagarse.
5.- Dar doble o simplemente un click sobre el acceso directo.

Bien, no importa cuanto tiempo le demos cuando creemos el acceso directo, ya que dependiendo de nuestras necesidades, siempre podremos modificar ese mismo acceso directo para cambiarle por más o por menos tiempo.

Pongo un vídeo para los lentos:



Apagar "automáticamente" en Linux

Sólo necesitamos una terminal y hacer el uso adecuado del comando shutdown.
Hay que recordar que debemos tener permisos de administrador (root) para ejecutar el comando shutdown.

Así entonces, un ejemplo de como apagar la computadora en 2 minutos es:

# shutdown -hP 2

Ahora bien, si queremos que se apague a una determinada hora con respecto al tiempo del día, por ejemplo a las 4 pm:

# shutdown -hP 16:00

Recuerden que se debe poner la hora en el sistema de 24 horas.

Para más información del uso del comando siempre podemos revisar el manual:

$ man shutdown

Ya por último, les comento, para aquellos que la vida no les va en una terminal o consola que hay también un paquete con interfaz gráfica que hace eso mismo. El paquete se llama kshutdown y depende de los siguientes paquetes:

# apt-cache depends kshutdown
kshutdown
Depende: kdelibs4c2a
Depende: libc6
Depende: libqt3-mt
Depende: libstdc++6

Desconozco si existe algún paquete similar al kshutdown que utilice las bibliotecas de gtk. Si hay algún fanático de Gnome y sabe de eso, ojalá que lo comente...

miércoles, noviembre 14, 2007

Brasil se perfila como potencia energética global

La dependencia energética es un peligro para cualquier país, máxime para naciones en desarrollo que tienen una mayor demanda energética. La futura potencia es Brasil que apuesta por los combustibles ecológicos.


Un encuentro de especialistas deliberó en la Universidad de Colonia sobre los riesgos y oportunidades que representan las energías renovables para América Latina. El peligro que supone el cambio climático, así como la preocupación global en torno a la seguridad energética, hacen buscar febrilmente alternativas a los combustibles fósiles. En este contexto Brasil destaca como país pionero en la conformación de un nuevo modelo energético. La nación del Cono Sur no sólo cubre un 40% de su demanda energética con una mezcla de bio-combustibles y etanol a base de caña de azúcar, sino que asume un papel ejemplar al regalar la tecnología a otros países latinoamericanos para que desarrollen sus propios bio-combustibles y reduzcan el riesgo de la dependencia energética.


Brasil vs. Venezuela


La investigadora alemana Christina Stolte, del Instituto alemán para Estudios Globales y Regionales (GIGA), con sede en Hamburgo, sostiene que en América Latina, Brasil y Venezuela se disputan una hegemonía regional basada en los energéticos.



“Chávez ha reconocido la poderosa estrategia detrás del discurso a favor de los bio-combustibles y el etanol de Lula y se ha posicionado como un férreo crítico de estas fuentes de energía. Pero a largo plazo Brasil tendrá más éxito con su estrategia basada en el etanol frente a Venezuela, cuya riqueza petrolera le permite venderlo barato a otros países y de paso fomentar en ellos una dependencia hacia Venezuela”, afirma Stolte.

La investigadora añade que los países latinoamericanos que han mostrado el mayor ritmo de crecimiento tendrán una gran demanda energética en los próximos años. “Incluso el petróleo barato de Chávez, tiene un costo, así que el cultivo de maíz o caña de azúcar para su uso como fuente de energías renovables, el modelo brasileño, es más redituable que el modelo venezolano”, afirma.



Nuevos Yacimientos


La semana pasada el gobierno de Lula y la estatal Petrobras anunciaron el descubrimiento de un nuevo yacimiento de crudo de una capacidad de entre 5.000 y 8.000 millones de barriles. Se encuentra en las profundidades de la llamada Cuenca de Santos, en el litoral sureste del país. Según las autoridades, es una fracción de un yacimiento gigantesco que colocará a Brasil entre los 10 mayores productores y exportadores del mundo.

El mayor campo petrolero descubierto en la historia del país motivó ya la promulgación de una nueva Ley de Hidrocarburos para que el gobierno asegure su control sobre esta riqueza. Pero el gobierno de Lula sigue firme en su estrategia basada en la producción de biocombustibles y etanol como fuente de energía alternativa, ambientalmente sana y socialmente sustentable.

Cuotas en países industrializados

“Estados Unidos quiere cubrir, en los próximos diez años, un 15% de su demanda de combustibles a través de fuentes ecológicas, la Unión Europea impuso una cuota del 10% hasta el año 2020. Estas cuotas hay que cubrirlas y en los países industrializados europeos hay poca superficie cultivable por lo que no pueden cubrir sus necesidades de combustible con su propia producción. Por ello los europeos tienen un enorme interés en producir en el extranjero etanol y diesel ecológico para poder cubrir su propia demanda. No se quiere continuar la dependencia respecto a los combustibles fósiles. Algunos productores como Rusia y Venezuela utilizan estos recursos como medio de presión política, además, se sabe que estos recursos se agotarán algún día”, sostiene.

En el encuentro económico de Davos, Lula propuso a países industrializados que financien la producción de biocombustibles en países en desarrollo haciéndoles ver que el beneficio es doble: ayudarán efectivamente a combatir la pobreza y a que dichas naciones contribuyan por su parte a la reducción de gases de efecto invernadero. Esta postura coloca a Brasil como interlocutor estratégico ante países industrializados y en desarrollo.

La investigadora afirma que la política energética brasileña ha ayudado a posicionar al país en el contexto internacional. A nivel regional ha impedido una hegemonía de Venezuela y le ha permitido aumentar su área de influencia más allá de sus países vecinos.


Eva Usi

Laboratorio de pruebas solares más importante del mundo en Alemania

Caen granizo y lloviznas y prevalecen temperaturas de hasta 85 grados Celsius, mientras las células solares son puestas a prueba en las instalaciones más grandes y modernas del mundo en la ciudad alemana de Colonia.

Las celdas solares son un gran negocio en todo el mundo, pero particularmente en Alemania y Japón. Y allí es donde van los fabricantes más importantes a nivel mundial para obtener la certificación de sus productos, que son probados en condiciones extremas.

"Lo que nosotros implementamos en materia de seguridad suele ser adoptado por otros países", afirma Wilhelm Vaassen, director del Laboratorio de Evaluación de FotoVoltaicos de la Asociación alemana de Monitoreo Técnico (TÜV).

Sólo hay unos pocos laboratorios en el mundo que evalúan módulos solares. Fuera de Alemania, estos se encuentran en Japón, Estados Unidos, Italia y España.

"Cuando de células solares se trata, Alemania es, de lejos, el mercado más grande del mundo", comenta Sebastian Fasbender, de la asociación industrial en Berlín. En segundo lugar está Japón. La demanda crece fuertemente en ambos países.

Alrededor de un 70 por ciento de todos los productores hacen evaluar la durabilidad y la eficiencia de sus módulos en la ciudad de Colonia. El laboratorio emite alrededor de 300 certificaciones por año, informa Vaassen. Los módulos son sometidos a condiciones extremas de calor, de granizo y a bajas temperaturas. La prueba se realiza durante seis meses. "Aproximadamente un 30 por ciento no pasa nuestras pruebas en el laboratorio", indica Vaassen.

El grupo TÜV se está expandiendo hacia Asia para mantener su posición. "Vamos adonde están los productores", dice. El grupo ya cuenta con instalaciones en Yokohama (Japón) y planea abrir otras en Shanghai, India y Taiwan el próximo año.

El sector está experimentando un auge de las condiciones: aumentan la electricidad solar y los sistemas de calentamiento solar. En Alemania se espera que la demanda aumente de 4.800 millones de euros (más de 6.900 millones de dólares) por año a aproximadamente 8.000 millones de euros (11.500 millones de dólares) en 2020.

Fuente: AA, Abt.6, Ref. 612 con material de dpa del 9.11.07

Tabasco: la destrucción del paraíso

Seguramente por creerle a su secretario del medio ambiente que la inundación en Tabasco fue por el cambio climático y las fases lunares, el licenciado Calderón redujo a esas causas el origen de la tragedia que afecta a más de un millón de personas. Su posición la fijó con tal autoritarismo que entre sus íntimos no hay uno que se atreva a sacarlo de su equivocación. Pero a medida que baja el nivel del agua y las familias extrañan lo que perdieron, aparecen con mayor nitidez los orígenes de la tragedia.
Porque el agua inundó la mayor parte de Tabasco debido a los errores cometidos por ésta y las administraciones anteriores. Desde hace 30 años los funcionarios sabían de los problemas que se presentarían de llevar adelante un proyecto modernizador ideado por la banca internacional con el señuelo de crear empleos, obtener cosechas abundantes de productos agropecuarios con alta demanda comercial. Y de remate, con la explotación de una riqueza petrolera de tal magnitud que debíamos aprender a administrar la abundancia. Pero el faraónico proyecto estaba reñido con la naturaleza, con las condiciones ecológicas y sociales que hicieron del sureste un edén. Así lo documentó el maestro Alejandro Toledo en varios trabajos y de manera notable en su libro Cómo destruir el paraíso.
Ahora nadie parece recordar que el poder del Estado se puso al servicio de los que quisieron implantar la modernidad a cualquier costo y para lograrlo ignoraron las advertencias de los especialistas sobre la necesidad de obtener el desarrollo sin depredar. Se impuso la lógica de las grandes obras que alteraron el medio radicalmente, dejando fortunas privadas y la pobreza de la mayoría. Presas para generar electricidad y detener las inundaciones que son y serán parte de la vida en el sureste; carreteras, puertos, planes agropecuarios (La Chontalpa y Balancán-Tenosique), expansión anárquica de las áreas urbanas, centros comerciales, colonias de marginados en sitios inundables. La tecnocracia que aprueba la obra pública desde las oficinas en México creyó imponerle al agua sus reglas, controlarla cambiando radicalmente el uso del suelo. No lo logró. Ni lo logrará si repite los errores del pasado. En los archivos oficiales reposan los estudios sobre la urgencia de variar de modelo para evitar tragedias.
Como la ocurrida en septiembre de 1999, que afectó a casi 400 mil habitantes. El proyecto modernizador mostró entonces su fragilidad frente al ímpetu de las corrientes que buscaron sus viejos cauces. El doctor Zedillo y su gabinete prometieron programas y recursos para realizar la obra pública protectora. No cumplieron. Tampoco su sucesor, más interesado en privatizar el sistema energético nacional y favorecer a sus amigos y patrocinadores, que en establecer una auténtica política de prevención de la que hace parte el ordenamiento del territorio y el uso correcto de los recursos naturales.
Olvidaron, por ejemplo, tomar medidas para reforestar las partes altas de las cuencas hidrográficas, pues la tala ocasiona la erosión de las tierras desprotegidas de su manto verde. Por eso las lluvias deslavan el suelo y la tierra termina en los cauces de los ríos y los vasos de las presas, que pierden así parte muy importante de su capacidad de captar y desfogar las aguas de las lluvias. Cuando éstas llegan se desbordan, incontenibles, rumbo a la costa, también azolvada por la tierra proveniente de las partes altas, no por los ciclos lunares.
Nada bueno augura la estrategia para evitar nuevas tragedias, cuando el principal servidor público recibe las mentiras de sus colaboradores y dedica su tiempo a creerlas, sobre todo si lo hacen para tapar negligencias ajenas y propias, así como para proteger los intereses de constructoras y compañías energéticas privadas.
El gobierno federal, sus voceros y el PAN piden que no se busquen culpables, pues ya los encontraron: el cambio climático y la Luna. Exigen no lucrar políticamente con lo ocurrido, derecho exclusivo del licenciado Calderón Hinojosa, quien distrae recursos públicos en promoverse. Recursos que deberían destinarse a paliar las necesidades de los damnificados. Así las cosas, a los ciudadanos les toca callar y obedecer… hasta la próxima tragedia.

Iván Restrepo

martes, septiembre 04, 2007

Proteger el clima tiene prioridad


Angela Merkel es física y sabe qué es la eficiencia. Por ejemplo cuando se trata de la luz. En su piso de Berlín no hay bombillas eléctricas normales. La canciller federal sólo utiliza bombillas de bajo consumo. La razón: la bombilla tradicional, cuyo principio de funcionamiento ha sido casi igual desde que la inventara Thomas Alva Edison, calienta más de lo que ilumina. Ello significa: es altamente ineficiente. Sólo el cinco por ciento de la energía utilizada es transformada en luz, el 95 por ciento se pierde.

Angela Merkel había sido ministra de Medio Ambiente en 1997, justamente cuando en Kyoto, Japón, se aprobó el primer protocolo mundial de protección del clima, en el que los países industrializados se comprometieron a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. En una entrevista, la canciller explicó a los periodistas qué beneficios para el clima traería que todos los ciudadanos utilizaran bombillas de bajo consumo, las cuales, dando la misma luz consumen sólo el 20 por ciento de la energía que necesita una bombilla eléctrica tradicional: “ello ahorraría 6,5 millones toneladas de emisiones de CO2.” Eso es más de lo que generarían muchas caras medidas de protección del clima. Además todos saldrían ganando: no sólo el clima, sino también los ciudadanos, porque gastarían menos en corriente eléctrica.

Una política energética integral de protección del clima no es tan sencilla como enroscar una bombilla. No obstante, Alemania ha asumido como pocos otros países industrializados el desafío de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Alemania fue uno de los primeros países en crear, a inicios de los años 90, una hoja de ruta nacional para la reducción de las emisiones de anhídrido carbónico. El Bundestag (Parlamento federal) aprobó entonces reducir hasta 2005 en un 25 por ciento la carga de CO2 generada por la industria, los hogares y el tránsito, en comparación con las cifras de 1990. Ello fue una señal que coadyuvó decisivamente al éxito de la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro, en la que más de 150 Estados aprobaron la Convención Mundial sobre el Clima.

En el ínterin, el acuerdo de Kyoto regula la protección global del clima. El Protocolo de Kyoto entró en vigor en 2005 y es vinculante internacionalmente. Según el Protocolo, Alemania debe reducir las emisiones de seis gases de efecto invernadero (además de CO2 también gases como el metano y el óxido nitroso) en un 21 por ciento hasta el 2012. El país ya se acerca a esa meta. En el 2006 ya había alcanzado una reducción del 18 por ciento. Sólo Gran Bretaña y Luxemburgo han logrado avances similares entre los países industrializados occidentales. No obstante, el Gobierno alemán quiere –y debe– revisar su política climática, porque la mayor parte de la reducción de CO2 tuvo lugar en los años 90, como consecuencia sobre todo del colapso de la industria de la RDA, muy ineficiente y que emitía grandes volúmenes de CO2. Desde 1999 las emisiones de gases de invernadero se mantienen prácticamente constantes. En el 2006 se registró incluso un aumento de la carga de CO2 de un 0,5 por ciento, como consecuencia, entre otras cosas, del crecimiento económico.

Por ello son necesarios renovados esfuerzos, en todo el mundo. La urgencia del asunto quedó clara a comienzos de año, cuando el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas presentó su nuevo estudio sobre el desarrollo del clima mundial hasta el 2100. Lo principal: el calentamiento puede alcanzar hasta unos seis grados –más de la diferencia entre una era glacial y una era templada–; aumento del nivel del mar de hasta 60 centímetros, con cientos de millones de seres humanos amenazados en deltas de ríos del sudeste de Asia; más fenómenos atmosféricos extremos (huracanes, inundaciones y sequías); desaparición de los glaciares de montaña y propagación de enfermedades infecciosas, como la malaria. Si bien el actual informe sólo confirma los pronósticos ya realizados por el IPCC en 2001, dos elementos son nuevos. Primero: ya prácticamente no existen dudas de que el cambio climático está en pleno avance. Y segundo: la opinión pública se halla tan sensibilizada a través de fenómenos meteorológicos extremos como las “inundaciones del siglo” y las olas de calor, que las advertencias son fructíferas. De pronto no sólo los ciudadanos discuten acerca de la necesidad de utilizar bombillas de bajo consumo, sino que también los políticos parecen haber reconocido la seriedad de la situación.

Ello ha tenido importantes consecuencias. Europa pasó a la vanguardia. Bajo la presidencia alemana de la Comisión de la UE, la Unión Europea aprobó importantes medidas en la lucha contra el cambio climático. La cumbre de la UE en marzo 2007 fijó un nuevo objetivo de protección del clima hasta el 2020. Hasta ese año, los 27 países miembros de la UE deben reducir juntos sus emisiones de CO2 en un 20 por ciento en relación con 1990. La UE planea incluso aumentar la reducción a un 30 por ciento si otros países industrializados, como por ejemplo Estados Unidos, Australia y Japón, también se fijan ambiciosas metas. Para lograr los objetivos se aspira a mejorar en un 20 por ciento la eficiencia energética y aumentar la participación de las energías renovables también en un 20 por ciento. La fórmula de la UE, de fácil memorización, reza: “tres veces 20”.

Si bien no se definió aún cómo se repartirán las reducciones de CO2 entre los diferentes países de la UE, está claro que Alemania, como mayor país de la Unión, debe tener esta vez un papel líder, como ya lo hizo en el “reparto de cargas” definido en el primer Protocolo de Kyoto. El objetivo para el 2012, con el que se comprometió la UE en 1997 –una reducción de las emisiones de CO2 de un ocho por ciento– puede alcanzarse sólo si Alemania cumple con su meta nacional. Alemania asumió sola tres cuartas partes de la reducción total de la UE. A países como España y Grecia, aún con necesidades de desarrollo– les fue permitido incluso un aumento de las emisiones de CO2. Alemania cumplirá con lo prometido. El Gobierno federal planea una reducción del 40 por ciento de las emisiones de CO2 hasta el 2020. Ello significa que las emisiones actuales de 880 millones de toneladas por año deben reducirse en unos 270 millones. Ese objetivo sólo puede alcanzarse con medidas en todas las áreas: desde centrales eléctricas más eficientes, pasando por el aislamiento térmico de los edificios y el fomento de las energías renovables hasta automóviles de bajo consumo, una disminución del consumo de electricidad y calefacciones ecológicas. Además el Gobierno alemán planea crear aún en 2007 un nuevo programa de protección del clima. Para su puesta en práctica se necesitan hasta 2010 fondos presupuestarios complementarios de 3.000 millones de euros.

Un factor decisivo es también que continúen los éxitos del sector de energías renovables de Alemania. La Ley de Energías Renovables, que entró en vigor en el año 2000 (véase recuadro), generó un auge inaudito de esas tecnologías. Ya hoy un doce por ciento de la corriente eléctrica consumida en Alemania proviene de las energías eólica, solar, hidráulica y otras. El Gobierno federal planea ahora una regulación similar para el sector de energía para calefacción.

Que el clima no se puede proteger gratis y sin un cambio de conducta, parece claro. Pero a más tardar desde la publicación del “Informe Stern” , el informe del ex economista jefe del Banco Mundial sobre las consecuencias financieras y económicas del cambio climático, también es evidente que no hacer nada, o hacer poco, es mucho más caro.


Joachim Wille
© Deutschland magazine www.magazine-deutschland.de

El cambio climático como oportunidad


Hace pocos días, un alto gerente de una gran empresa de energía removió cielo y tierra para poder entrevistarse conmigo en un aeropuerto. Quería hablar de biocombustibles y saber qué podían hacer la ONU, o más exactamente el PNUMA, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, por él y por su producto. Hasta hace poco, tan solo el hecho de que una multinacional energética llamara a la puerta de un organismo internacional hubiera dado lugar a sospechas. Hasta ahora, la globalización se entendía como un fenómeno sin orden, en el que el mercado establece las reglas. Por eso sorprenden los cambios producidos en los últimos meses: el sector privado empieza a aceptar el concepto de la sostenibilidad en el mercado global. Una causa de ello es, seguramente, el desafío global de nuestro tiempo. Pero la tendencia de las empresas a buscar el contacto con la comunidad de naciones no es sólo altruismo, sino que obedece a una simple necesidad: para que muchas soluciones técnicas se puedan imponer en el mercado se necesitan normas internacionales. Y esas normas sólo pueden fijarse en un sistema multilateral.
Aparte de las consecuencias directas para el medio ambiente, el cambio climático tiene otros efectos notables. Gracias a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Protocolo de Kyoto, disponemos de un Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), que ha hecho surgir un mercado mundial de energías limpias. Según estimaciones, el MDL y el comercio de CO2 podrían generar una corriente de inversiones del norte al sur del planeta de 100.000 millones de dólares. Esto no es precisamente el tipo de globalización que suscitó protestas callejeras en Seattle, sino una nueva forma de globalización, más inteligente y activa, aunque sea sólo el inicio.

La cooperación global tiene lugar de formas muy diferentes. Como “catalizador de intereses” permite la colaboración de muchos socios. En 2007 y 2008 se verá si las esperanzas puestas en una nueva era de la cooperación internacional son justificadas o no. El último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (PICC) ha calculado los costos de la estabilización de la atmósfera. Un adecuado valor de referencia es el 0,1 por ciento del PIB anual mundial hasta 2030. Es un precio bajo, que se deberá pagar económica y sobre todo políticamente. Creo firmemente que en las próximas conferencias de la ONU en Bali, a principios de diciembre de 2007, y en Copenhague en 2008, alcanzaremos un segundo Tratado de Kyoto, que nos colocará en la senda correcta.

El cambio climático ofrece también una oportunidad para abordar otros temas: por ejemplo los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Es evidente que la lucha contra los efectos del cambio climático sirve al logro de algunos de esos objetivos, por ejemplo el abastecimiento mundial de agua potable. Pero también tiene relación con la construcción y el desarrollo de eficaces sistemas de alcantarillado, porque un deficiente tratamiento de residuos genera emisiones de gas metano, uno de los causantes del efecto invernadero. Mejorando los sistemas de alcantarillado se podría retener el metano producido y utilizarlo como combustible. Es sólo un ejemplo de muchos. El cambio climático afecta también el mercado laboral: muchos nuevos puestos surgirán, y no sólo en los países industrializados. La empresa Long Yuan, de China, es hoy uno de los más grandes operadores de energía eólica y Suzlon, de India, uno de los cinco primeros fabricantes de instalaciones de energía eólica.

El cambio climático forja la esperanza de que sea posible una cooperación internacional también entre empresas e incluso gobiernos. El principio multilateral no sólo sobrevive sino que está en auge. Si más de 190 naciones cooperan en la protección del clima, eso podría crear entre el Norte y el Sur la confianza mutua necesaria para abordar otros difíciles temas globales, como la regulación internacional de justo acceso a recursos genéticos y la trabada Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio.


Achim Steiner es desde 2006 director ejecutivo del PNUMA subsecretario general de la ONU. Este alemán nacido en 1961 estudió filosofía, política y economía en Oxford.

© Deutschland magazine www.magazine-deutschland.de